viernes, 15 de julio de 2011

DIA 6. PLAYA DE BILENE

En un principio pensabamos parar solamente una noche en Praia do Bilene y a la mañana siguiente seguir camino a Tofo, pero al despertarnos y ver este amanecer, y estas playas, nos quedamos una noche más. Ademas el día anterior fue agotador y el cuerpo nos pedía una jornada de relax.


Amanecer en Praia do Bilene

La playa de Bilene es realmente un lago con una pequeña salida al mar.  Supongo que el Mar Menor hace un siglo sería algo parecido, casi sin urbanizar.


Aunque en teoría el día iba a ser de relax, salimos a correr por la playa a las 07:00 de la mañana. A esa hora las pescadoras terminaban su faena y se repartían las capturas en la playa. Digo pescadoras porque la mayoría eran mujeres, las verdaderas currantes en Mozambique.
Después de desayunar y hacer la colada dimos una vuelta de reconocimiento por el pueblo y buscamos internet para comunicarnos con la familia, pero fue imposible encontrar un ciber. El internet que nos indicaron era una caseta cerrada y hecha polvo con horario africano. Nadie sabía a que hora abría y ni tan siquiera si funcionaba.


Playa de Bilene. Un autentico paraiso aún sin explotar.

Paseando por el pueblo. Ese día en Bilene eramos practicamente los únicos guiris.



Las mujeres siempre llevaban grandes cargas en la cabeza, algo muy habitual pero que no nos dejaba de sorprender
  
Los niños del pueblo echando una pachanga

A la hora de comer fuimos al restaurante de nuestro alojamiento, el Complexo Palmeiras. En Bilene casi todos los hoteles son propiedad de sudafricanos blancos. El dueño del nuestro era bastante desagradable. A nosotros nos hablaba con una falsa sonrisa y al momento se comportaba como un autentico negrero con sus empleados, gritandoles por lo más mínimo.


La playa "abarrotada" frente a nuestro chalet

A comer en el restaurante del Complexo Palmeiras



Una playa solitaria, buen tiempo y una buena cerveza. ¿Qué más se puede pedir?


Nuestro chalecico en Bilene. Dos habitaciones y vistas al mar por 40 euros.

Por la tarde dimos una vuelta por la playa. Pensabamos que el lago era más pequeño y que podíamos llegar al otro extremo, pero enseguida nos dimos cuenta que era más grande de lo que imaginábamos. Por el camino encontramos a los pescadores recogiendo las redes. La mayoría eran niños y mujeres. La verdad que los hombres se lo montan bien en Mozambique, no los vimos currar demasiado. 
A las 17:30 se hace de noche en esta parte del mundo, por lo que no hay mucho más que hacer. Cenamos, nos tomamos nuestros cacharros de ron importados de España y pronto a dormir que a las 06:00 de la mañana había que levantarse para aprovechar el día.


Barcas de pesca en Praia do Bilene

Intentando dar la vuelta al lago


Esta mujer con una garrafa en la cabeza nos pasó como una bala
 
Recogiendo las redes
 

2 comentarios:

  1. Que buenas las fotos de la cerveza, me has dado envidia y me voy a refrescar con una.

    Esta parece una zona perfecta para bajarse del mundo y vivir plácidamente.
    ¿Donde está el timbre para pedir al conductor que pare en la próxima parada que me quiero bajar?

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  2. Allí te podrían dar clases de granjero, jeje.

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