DIA 7
La noche fue bastante movida; poco después de acostarnos comenzó a soplar un viento fortísimo que parecía llevarse volando el tejado de nuestra casa. Menos mal que el día lo ibamos a aprovechar para hacer kilómetros, porque de habernos quedado no hubieramos podido salir de la casa.
Salimos de Bilene bien temprano, como siempre. En principio pensabamos llegar ese día hasta Vilanculos, el destino más al norte de nuestro viaje, para luego ir bajando poco a poco, pero enseguida nos dimos cuenta que aunque la carretera era buena, había gran cantidad de pequeños pueblos donde debíamos bajar bastante la velocidad y que el viaje sería más largo de lo esperado. De todas formas no teníamos prisa y al contrario de lo que imaginábamos, conducir por Mozambique fue un verdadero placer y muy entretenido. A veces parecía que estuviesemos dentro de una película, siempre había algo que ver y con lo que sorprenderte a través de las ventanillas del coche.
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Mujeres cargando barreños en la cabeza en Bilene. Por la carretera se las ve cargando garrafas de agua que recogen en pozos a kilómetros de sus poblados |
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Hicimos una parada en el camino para comer en este restaurante. |
A media tarde llegamos a Tofo, uno de los lugares turísticos más famosos de Mozambique. Enseguida notamos que aquí había más turistas que en Bilene, sobre todo cuando comenzamos a buscar alojamiento y todo estaba lleno o lo que quedaba era bastante cutre y caro.
Después de dar varias vueltas de un lado para otro, nos quedamos en el Bamboozi Lodge (55 euros) demasiado caro pero al menos mucho mejor que otras opciones.
Por la tarde solo nos dió tiempo a dar una vuelta por la inmensa playa de Tofo.
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Atardecer en la playa de Tofo |
DIA 8
El tiempo parecía estar a nuestro favor y amaneció un día estupendo. Antes de desayunar fuimos a correr por la playa. Es un placer llegar a conocer estos lugares antes de que sea demasiado tarde y el turismo de masas acabe con ellos. Aunque Tofo es uno de los lugares más turisticos de Mozambique, los hoteles y lodges están bastante integrados en el paisaje. Al lado de los hoteles vive la gente como hace decadas. Nos ha impresionado bastante que en Mozambique todavía la mayoría de la gente viva aún en chozas de madera y palma.
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Desayunando en el porche de nuestra cabaña |
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Interior de la cabaña tipo tarzán |
Fuimos a dar una vuelta por el pueblo y de camino vimos a unas mujeres junto a unas chozas machacando cocos. Marta y Merce se acercaron para ver como lo hacían y a las mujeres les hizo mucha gracia que unas guiris se interesaran. Enseguida una de ellas entró en la choza, sacó una olla con arroz cocido y posaron para que les sacaramos unas fotos.
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De camino al pueblo |
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Pequeñas aldeas |
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Mirando a esos blancos tan raros |
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Las mujeres posando con su olla de arroz |
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Antes de comer desgustamos unas Laurentinas Premium |
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Centro de Tofo |
Despues de comer fuimos a Inhambane, el pueblo más grande cercano a Tofo, donde había cajeros automáticos. La verdad que no tuvimos problema para sacar dinero durante todo el viaje, había bastantes cajeros en las poblaciones más grandes.
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De vuelta de Inhambane paramos a ver como jugaban al futbol. Muchos jugaban descalzos y el corte de la hierba no creo que fuera del agrado de Mourinho |
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Pedro se compró la camiseta de la Selección de Mozambique en esta tienda. |
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Típica estampa en Mozambique |
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Atardeceres |
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Los Mozambiqueños entierran a los familiares junto a sus casas |
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Nuestro alojamiento se encontraba a un par de kms del centro de Tofo y accediamos a él por este camino de tierra |
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Una merecida cena en el porche de nuestra cabaña |
¿Quien decía que no era posible viajar en el tiempo?, .... pues mi amigo Rubén lo hace todos los años.
ResponderEliminarEn el tiempo no se si lo hara, pero a los lugares mas impresionantes seguro que si.
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